martes, 9 de abril de 2013

Golden Gate a Sausalito

El domingo volvió el turismo, en su vertiente más dominguera. El lunes empezaban las actividades del máster  así que no había tiempo que perder para ver San Francisco.


Cogimos el tranvía que nos llevó por la zona de los muelles hasta Fisherman's Wharf. El que rodea la ciudad es más barato que el que sube la colina y te permite ver de cerca el embarcadero y los rascacielos.


La zona del muelle está llena de tiendas muy turísticas. Por allí estaba la tienda de alquiler de bicicletas.


Nos explicaron en qué consistía la ruta que íbamos a hacer, de más de 13 kilómetros, con subidas y bajadas.


Salimos todos juntos destino al Golden Gate.


Cuando llegamos a Fort Point, enclave militar donde empieza el puente, me separé un poco del grupo para hacer una foto de este lugar. Allí se filmó una conocida escena de Vertigo, de Hitchcock.

En esta bahía las corrientes son muy fuertes. Si la marea está alta o baja, te impide volver a la costa. La única forma de no ser arrastrado es aprovechar cuando hay corrientes medias.


Entonces atravesamos el puente. Las nubes por fin lo dejaban ver al completo. En esta costa es habitual que se formen neblinas matinales, que se van levantando a lo largo de la mañana.


Una vez atravesado llegamos pronto a Sausalito. Allí localizamos una mítica hamburguesería local. No contento al rato me acerqué a por un pequeño helado en otro local mítico del pueblo.


Algunos nos quedamos a esperar el ferry de vuelta a San Francisco, hablando un rato.



Resultó muy complicado entrar en el ferry, casi nos quedamos fuera con las bicicletas, pero lo conseguimos. Nos sentamos en la proa dirección al muelle 41.


Este señor prometía haber dejado las drogas con 18 años. Excusatio non petita...
Ponían rusos blancos en el barco, así que había que probarlos.


De camino pasamos por Alcatraz. Nadie sabe si los presos que se fugaron de esta fría cárcel en 1962 supieron esperar las dos horas necesarias para que hubiera marea intermedia, y así no ser arrastrados por las corrientes. Parece casi imposible que lo consiguieran, pero sus cuerpos nunca fueron encontrados.


Una vez de vuelta en Fisherman's Wharf nos acercamos a ver a los leones marinos que se han hecho fuertes en el muelle.


Dejamos las bicicletas y volvimos al hotel atravesando North Beach.



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