domingo, 7 de abril de 2013

Zona de subducción



Esto es lo que veo desde la ventana del hotel de mi habitación en San Francisco, el lugar donde voy a pasar una semana. Me he vuelto a dejar un día sin escribir aquí y se me acumulan cosas. Todavía tengo que contar nuestra visita de Yosemite, y cómo volvimos a San Francisco el mismo jueves, y mi escapada a Big Sur del viernes. Continúo.


El jueves ya estaba con mis compañeros de la Escuela. Teníamos planeado vistar el Parque Nacional de Yosemite, un lugar del que se habla mucho en la zona. Nos acercamos en tres coches. Esta gente venía preparada, con walkie-talkies, y de camino al Parque (desde Oakhurst una hora) íbamos hablando e incluso contándonos chistes de un coche a otro.


Hacía un día malísimo, justo se puso a llover, tuvimos mala suerte.


Esto es lo que se veía desde el primer mirador al que llegamos. Yo nunca he sido una persona especialmente interesada por la naturaleza y los paisajes pero realmente lo que vi me impresionó mucho.


El valle de Yosemite, inmenso, cambiaba en cuestión de segundos. Las nubes avanzaban lentamente, enredándose en las ramas de los árboles. Dicen que nunca puedes volver a ver exactamente la misma escena desde este lugar.


El día anterior, por la noche, había coincidido en Facebook con Francisco Muñoz, amigo geólogo que ahora vive en Chile.

Me dijo que aprovechase, aquí es zona de subducción, e iba a ver cosas que no se pueden ver en ningún otro sitio. Naturaleza muy "a lo bruto" según él. ;)


Así que caminamos bajo la lluvia por algunos de los senderos de Yosemite, avanzando en coche la mayor parte del tiempo. La gente de mi master es muy organizada, lo llevaban todo pensado a la perfección. Al fin y al cabo son alumnos de MBA.


Después de Yosemite, la mayor parte nos dirigimos de nuevo a San Francisco. Nos paramos a comer en un "sports bar", el típico grill donde te ponen unas hamburguesas muy ricas.



De camino a San Francisco paramos alguna vez a hacer fotos.


Estábamos por un barrio de Merced muy peligroso, así que paramos lo justo y seguimos.



Entramos a San Francisco cuando ya atardecía por Lincoln Highway. La entrada por aquí es espectacular, sientes una sensación parecida a cuando llegas a Nueva York por el puente de Brooklyn. El cielo era de ese color un poco rosado que tiene justo antes de que desaparezca totalmente el sol.


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